ECONOMÍA VERDE
Por: Paola Marcia Gutierrez Aliaga – Unidad de Investigación y Políticas Municipales
La Economía Verde, como concepto, no es algo nuevo. Este fue planteado por Pearce, Markandya y Barbier en su libro Blueprint for a Green Economy. En este primer abordaje, se lo define como “un sistema de actividades económicas relacionadas con la producción, distribución y consumo de bienes y servicios que resulta en mejoras del bienestar humano en el largo plazo, sin comprometer a las generaciones futuras a riesgos ambientales y escasez ecológicas significativas”.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) define a la economía verde como un sistema de actividades económicas relacionadas con la producción, distribución y consumo de bienes y servicios que resulta en mejoras del bienestar humano en el largo plazo, sin, al mismo tiempo, exponer a las generaciones futuras a significativos riesgos ambientales y escasez ecológica.
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Rio+20), en junio del 2012, se enfatizó que la economía verde es un modelo económico que busca promover el desarrollo sostenible a través de la reducción de riesgos ambientales y la mejora del bienestar humano. La discusión sobre este enfoque se centró en la inversión en actividades que generan beneficios ambientales, sociales y económicos, basándose en la idea de que la economía puede crecer sin comprometer la salud del planeta.
A partir de la Conferencia Rio +20, donde se discutieron temas entorno a la economía verde y el Marco Institucional para el Desarrollo Sostenible y en lugar de cuestionar las bases de un modelo de desarrollo que ha mostrado limitaciones para asegurar la reproducción y continuidad de la vida, se presentó al medio ambiente como un “componente de la infraestructura sobre la cual se sustenta la economía” (ALBA, 2012).
Según Vargas, Trujillo y Mora (2017) el concepto de economía verde no sustituye al de desarrollo sostenible; sin embargo, hoy en día se reconoce que para lograr la sostenibilidad es fundamental transformar el modelo de economía marrón (Bina, 2013; Ríos Velasco, 2016, en Vargas, Trujillo y Mora 2017). Este modelo anterior generaba riqueza sin considerar problemas como la desigualdad social o el agotamiento de los recursos (Herrán, 2012; Palma, 2016 en Vargas, Trujillo y Mora 2017). La sostenibilidad continúa siendo una meta crucial a largo plazo, y para alcanzarla es necesario promover una economía más verde (PNUMA, 2011).
Según el PNUMA (2012) el término economía verde está vinculado al concepto de “economía ecológica”, que proviene de la traducción de “green economy” al español. Así, el PNUMA introdujo la economía verde a finales de 2008 como un enfoque integral y práctico que busca, a través del análisis y apoyo a políticas de inversión, fomentar sectores ecológicos y transformar aquellos sectores económicos perjudiciales para el medio ambiente (Ambec et al., 2013; Castro, 2016 en Vargas, Trujillo y Mora 2017). En la actualidad, se considera que la economía verde tiene como objetivo mejorar el bienestar humano y promover la equidad mediante la reducción significativa de los riesgos ambientales y el uso sostenible de los recursos ecológicos. Se caracteriza por ser una economía que aspira a un desarrollo de bajas emisiones de carbono, eficiente en el uso de recursos y socialmente inclusiva (Vargas, Trujillo y Mora 2017).
Referencias bibliográficas
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río +20. Documento Base de Posición Nacional.
Serrano M. A. y Carrillo S. (2011). La Economía Verde desde una perspectiva de América Latina Fundación Friedrich Ebert, FES-ILDIS.
Vargas P., Óscar; Iván Trujillo, Juan M; Torres M, Marco A. (2017). La economía verde: un cambio ambiental y social necesario en el mundo actual, RIAA Vol. 8 Núm. 2 Pág. 175-186
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