HÁBITAT URBANO
Por: Javier Gustavo Pérez Mendieta – Unidad de Investigación y Políticas Municipales
El Diccionario de la Real Academia Española define hábitat desde dos disciplinas en las que el término fue más utilizado y desarrollado. En Ecología, el hábitat es el “Lugar de condiciones apropiadas para que viva un organismo, especie o comunidad animal o vegetal”, y en Urbanismo lo define como el “Espacio construido en el que vive el hombre” (Real Academia Española, s/f).
Herrero Cózar (s/f) sostiene que “El hábitat se refiere al entorno físico, biológico y geográfico donde una especie o comunidad animal o vegetal desarrolla sus actividades y establece su hogar”. Asimismo, “en el contexto del Urbanismo, el hábitat se refiere a las condiciones del entorno construido y natural que afectan directamente la calidad de vida de las personas en las áreas urbanas. Incluye aspectos como la vivienda, los espacios verdes, la accesibilidad al transporte y los servicios básicos”.
Para María Isabel Tello (2010) el hábitat urbano es “todo el espectro de concentraciones sociales físico-territoriales, integradas por los medios y recursos para las comunicaciones y el transporte, la productividad, preferencialmente industrial, el intercambio a partir de la demanda y la oferta de bienes y servicios –el comercio–, el acceso al conocimiento y la administración de lo público, entre otros factores”.
Al referirse al hábitat urbano, Herrero Cozar (s/f) identifica que “engloba diversas condiciones del entorno construido y natural que influyen en la calidad de vida de las personas en las áreas urbanas, incluyendo la vivienda, los espacios verdes, la accesibilidad al transporte y los servicios básicos. Además, también se considera la interacción de las personas con su entorno, lo cual puede influir en su nivel económico y social”. Por su parte, Jorge Rivera Paez (2004) puntualiza que se considera el hábitat urbano como “el espacio en donde se definen “vínculos de identidad cultural”, que suponen “la participación de los individuos y las comunidades en diversas esferas”, y podemos asociarlo a problemas sociológicos y políticos”.
María Clara Echeverría (2009) desarrolla los 4 sentidos vinculados e interrelacionados en los que se ha entendido el hábitat urbano desde diferentes enfoques: 1) como el espacio que ocupa una población, 2) como el territorio en el que vive una especie, 3) como el ambiente entendido como entorno físico, natural y cultural en el que las personas se desenvuelven, pero también del que forman parte, y finalmente 4) como la vivienda, que si bien resulta una aproximación muy simplista, sí constituye un núcleo a partir del que se extiende al barrio y la comunidad.
Al diferenciar la vivienda del hábitat, Herrero Cozar (2009) sostiene que “La vivienda y el hábitat son conceptos complementarios, pero no equivalentes. La vivienda se refiere a un espacio físico privado en el que se habita y se desarrolla la vida diaria, mientras que el hábitat engloba un conjunto de factores sociales, culturales y ambientales que influyen en la calidad de vida de las personas. Habitar, en este sentido, implica una relación activa y dinámica con el entorno construido y natural, y demanda una atención holística que va más allá de la simple satisfacción de necesidades básicas de alojamiento”.
En esta misma comprensión, Echeverría (2009) añade que el hábitat puede “desenvolverse a escala micro y expresarse físicamente, implicar la casa material y simbólica (o la vivienda), contener elementos, personas y actividades, y corresponderse con el desenvolvimiento de la vida doméstica; simultáneamente, puede desenvolverse a escalas meso y macro, en órdenes sociales, culturales, bióticos y políticos; implicar otras espacialidades grupales, vecinales y públicas, y otros sentidos, más allá de los de la casa, tales como los referidos a la producción, distribución, consumo, comunicación e intercambio; e implicar aconteceres y prácticas, además de las domésticas, también sociales, políticas, culturales, económicas, entre otros”.
El hábitat urbano, entonces, puede entenderse como el espacio o entorno construido y natural de las ciudades en el que las personas satisfacen sus necesidades y desarrollan sus actividades de carácter económico, ambiental, cultural, político y social. Más allá del solo hecho de tener una vivienda, el hábitat es entendido como el entorno alrededor del cual el individuo y los grupos humanos interactúan.
Referencias bibliográficas
ECHEVERRÍA RAMÍREZ, María Clara (2009) “HÁBITAT: concepto, campo y trama de vida”, en Investigaciones 30: ¿Qué es el hábitat?: las preguntas por el hábitat. Escuela del Hábitat – CEHAP. Facultad de Arquitectura. Universidad Nacional de Colombia. https://repositorio.unal.edu.co/bitstream/handle/unal/51627/Que_%20es_%20el_%20habitat.pdf?sequence=1&isAllowed=y
HERRERO CÓZAR, Felicidad (s/f). Hábitat en Arquitectura: ¿Qué es y Cómo se Define? https://arquitecturanoticias.com/definicion-y-caracteristicas/definicion-de-habitat-en-arquitectura/
Real Academia Española (s/f). Hábitat. https://dle.rae.es/h%C3%A1bitat
RIVERA PAEZ, Jorge (2004). “Concepto de Hábitat”, en Revista de Arquitectura Nº 6. Facultad de Arquitectura. Universidad Católica de Colombia. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4073615
TELLO FERNÁNDEZ, María Isabel (2010) “Hábitat urbano y rural: una propuesta teórico conceptual para repensar el hábitat humano desde el sentido del subsistir y el trascender” Traza: No. 1, Artículo 5. https://ciencia.lasalle.edu.co/cgi/viewcontent.cgi?article=1004&context=tr
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente una posición del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.
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