ESPACIO PÚBLICO
Por: Paola Marcia Gutierrez Aliaga – Unidad de Investigación y Políticas Municipales
Al tratarse de un concepto heterogéneo (Smith & Low en Morente, 2018), las perspectivas y las temáticas de abordaje son amplias y variadas, muchas veces se utilizan los estudios de caso para el análisis del espacio público y el estudio de las diferentes dinámicas espaciales y urbanas que caracterizan el mismo, así como aquellas que aportan a la comprensión de lo que sucede en el espacio público y los elementos que lo conforman.
A pesar de que los aportes iniciales para la comprensión del espacio público empiezan en el siglo XIX, se limitaban a reflejar un análisis sobre los lineamientos funcionales y estéticos en cuanto a plazas, calles u otro tipo de equipamiento que complementaban las diferentes funciones de la ciudad. Como fenómeno, se lo estudia con más atención desde mediados del siglo XX. Posteriormente, en el siglo XXI el análisis del espacio público se amplía hacia diferentes abordajes como la apropiación, el derecho, el uso simbólico, etc. (Arteaga Rosero, 2017).
Morente (2018) en un ejercicio de recapitulación conceptual menciona que el espacio público es la ciudad en sí misma, él menciona que según Ghehl es el espacio principal del urbanismo y la ciudadanía. Lefevre plantea que a partir de las 3 dimensiones de su interpretación del espacio (concebido, percibido y vivido) es un lugar de resistencia.
Posteriormente, Edward Soja retoma lo planteado por Lefevre adicionando que se trataría de un lugar de resistencia posmoderna y creadora de significados según Certeau. Menciona también lo desarrollado por Rouet, planteando que el espacio público edifica redes sociales espontáneas u organizadas y desde la perspectiva ciudadana también menciona a Marcouse quien plantea que el espacio público es un derecho cívico. Acordando con otros autores viene siendo un modo de representar las vidas (Goffman,Ijla, Wittmer, en Morente, 2018).
Dentro de una visión moderna, el espacio público está ligado a las prácticas sociales y las características multifuncionales que definen una ciudad, así como la complejidad de las acciones humanas que suceden en el espacio. Gorelik (2008) considera que el espacio público abarca estas acciones en varias dimensiones, principalmente la producción colectiva de ciudadanía, producción de espacio material (espacio abierto) y dimensión especifica política.
El espacio público como fenómeno es abordado no solo desde el campo del urbanismo, también es objeto de análisis desde la economía, la política y la sociología. Esto significa que, entre las diferentes funciones que cumple en la ciudad, es un espacio mediador entre la sociedad y el Estado donde se refleja el sentido de la comunidad, asociación y también del conflicto, en efecto es un conector de lo urbano en términos sociales, y espaciales con lo político (Gorelik, 2008).
Si bien la complejidad del espacio público también abre paso a diferentes interpretaciones e incluso con influencia del contexto, tampoco es fácil su clasificación debido a que está sujeto a las condiciones sociales y culturales que pueden verse en una ciudad. En este sentido, es importante rescatar dos aspectos fundamentales y que son una constante en varias definiciones: el acceso libre para todos y sin costo, y también la identidad que se construye a partir de la vida colectiva de una comunidad y expresión de sus bienes comunes, naturales y culturales.
En la legislación nacional, empezando por la Constitución Política del Estado, el espacio público no cuenta con una clara referencia, solo se mencionan las competencias asignadas a cada entidad territorial que contempla de una manera más amplia la elaboración de planes de ordenamiento territorial y de uso de suelos, la preservación de áreas o la dotación de servicios públicos, pero no se cuenta con especificaciones referidas al espacio público o algún otro tratamiento específico al respecto.
Por otro lado, la Ley Nº 031 de Autonomías y Descentralización “Andrés Ibañez” menciona escuetamente el espacio público en el artículo 82 de Hábitat y Vivienda: “En el marco de la política general de vivienda establecer los parámetros técnicos de equipamientos y espacios públicos según escalas territoriales y supervisar su aplicación en coordinación con las respectivas entidades territoriales autónomas, sin perjuicio de la competencia municipal”.
Desde el nivel municipal, existen varias ordenanzas municipales y resoluciones administrativas respecto al espacio público. La mayor parte tienen que ver con la nominación del sistema vial, plazas, parques, equipamiento y áreas verdes y otras que tienen que ver con la autorización de publicidad urbana, y la poda o tala de árboles. De manera más específica, existe un Reglamento de Ferias en Espacios Públicos Municipales aprobado mediante Decreto Municipal 030/2018 de 31 de octubre de 2018, con antecedentes del 2004 y 2005, en donde se expone que las sub alcaldías son las que se ocupan de las solicitudes de ocupación temporal de las plazas.
En el texto ordenado de la Ley Autonómica Municipal Nº 17, Nº 24, Nº 50 y Nº 80 de Uso de Suelos y Patrones de Asentamiento (LUSU) menciona que esta ley busca lograr un equilibrio territorial, el beneficio social y la disminución de la pobreza, exclusión social y desigualdad de la población. Resalta también que se busca la distribución apropiada de la población en el espacio considerando la relación entre el territorio biofísico las formas socioculturales de apropiación y el proceso de asentamiento y localización de la población, logrando un mejor diálogo e interdependencia entre el entorno natural con la vivienda, los equipamientos, la accesibilidad a los servicios públicos y la movilidad.
Bajo estas consideraciones, en la normativa vigente los patrones de asentamiento se categorizan en dos: edificables y no edificables. Estos últimos suelen destinarse con mayor frecuencia al espacio público detallándose en 3 clases: 1) equipamiento, referido a la infraestructura de servicios, social y/o recreativo que alberga actividades compatibles y/o complementarias a la vivienda o residencia, 2) las plazas, miradores jardines y parques públicos, espacios abiertos destinados al esparcimiento colectivo; y 3) el sistema vial destinado al flujo peatonal y vehicular que vinculan desde y hacia el Municipio de La Paz. Asimismo, se detalla una categorización a partir de su escala respecto al equipamiento urbano, en público, privado y mixto. (Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, 2019).
Referencias bibliográficas
ARTEAGA ROSERO, A. (2017). Espacio público, una aproximación conceptual. Módulo Arquitectura – CUC, 69-78. doi: https://doi.org/10.17981/moducuc.19.1.2017.04
BERROTEA TORRES, H., & Vidal Montana, T. (2012). La noción de espacio público y la configuración de la ciudad: fundamentos para los relatos de pérdida, civilidad y disputa. Polis, Revista Latinoamericana. Lo público. Un espacio en disputa (31).
Gobierno Autónomo Municipal de La Paz. (2019). Agenda ODS para el Municipio de La Paz. La Paz.
GORELIK, A. (2008). El romance del espacio público. Alteridades, 8-15.
MORENTE, F. (2018). De la acumulación a la apropiación: una reflexión acerca. Urbe. Revista Brasileira de Gestão Urbana., 650-662.
ONU-Hábitat. (2019). Guía global para el espacio público: De principios globales a políticas y prácticas locales. https://unhabitat.org/sites/default/files/2021/06/guia_global_ep.pdf
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente una posición del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.
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