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RESILIENCIA URBANA
Por: Javier Gustavo Perez Mendieta – Unidad de Análisis de Políticas
Problemática
En las décadas recientes, las ciudades han experimentado un crecimiento acelerado de su población con efectos de diverso tipo. De acuerdo con ONU Hábitat (s/f) “Actualmente, el 50% de la población vive en ciudades, y está previsto que esta cifra aumentará al 70% en 2050”. En función de las amenazas existentes, un estudio en 616 áreas metropolitanas que concentran casi el 25% de la población y la mitad del PIB mundial identificó que las inundaciones son una amenaza para más de 379 millones de personas, los terremotos para 284 millones y los vientos fuertes para 157 millones de personas (Hoyos Fernandez, 2019 citando a Hausmann, 2013).
El fenómeno de la urbanización ha elevado la cantidad de personas en riesgo como consecuencia del crecimiento de la población particularmente en asentamientos informales en áreas vulnerables y también como efecto del cambio climático, que intensificó las amenazas naturales. De acuerdo a ONU Hábitat (s/f) “Durante esta última década, los desastres naturales han afectado a más de 220 millones de personas y han causado un daño económico de 100 millones de dólares cada año. Se calcula que número de personas afectadas por desastres naturales desde 1992 es de unos 4.4 billones de personas (lo que equivale a un 64% de la población mundial) y que el daño económico es de unos 2 trillones de dólares (equivalente a 25 años de Ayuda Oficial de Desarrollo). Solo en 2015, hubo 117 países y territorios – 54% del mundo – donde hubo desastres”.
La resiliencia como capacidad
Frente a estas condiciones de creciente amenaza surgió el concepto de resiliencia urbana puesto que los gobiernos locales, particularmente los urbanos, se ven obligados a desarrollar y ejecutar acciones que permitan enfrentar dichas amenazas. Inicialmente desarrollado en el campo de la biología o la psicología para referirse a la capacidad de respuesta y adaptación de los seres vivos frente a situaciones extremas (Hoyos Fernandez, 2019), el concepto se aplicó posteriormente a diversos otros contextos como el de las ciudades.
Según ONU Hábitat (s/f), la resiliencia urbana es “la habilidad de cualquier sistema urbano de mantener continuidad después de impactos o de catástrofes mientras contribuye positivamente a la adaptación y la transformación”. A esto, se suman otros elementos: La resiliencia urbana es la capacidad de los sistemas urbanos de mantener la estabilidad cuando sufren un trauma o se ven sometidos a tensiones, lo que salva vidas y propiedades. Incluye planificación contra el peligro, pero también flexibilidad para adaptarse al cambio de las condiciones. Un buen plan de resiliencia urbana adopta un enfoque multidisciplinario. (TK Elevator blog, s/f).
La resiliencia urbana se ha convertido en la actualidad en un marco estratégico que parte de la evaluación del riesgo para construir una serie de herramientas para afrontar los desafíos y amenazas que ponen en riesgo particularmente a los segmentos más pobres de la población (Gallego Lizon, 2018). Una ciudad resiliente, entonces, “es aquella que evalúa, planea y actúa para preparar y responder a todo tipo de obstáculos, ya sean repentinos o lentos de origen, esperados o inesperados” (ONU Habitat, s/f).
Un aspecto de importancia mayor en relación al concepto de resiliencia es que no solo se trata de grandes proyectos de infraestructura como diques, sino de planteamientos holísticos que contribuyan a una mejor adaptación de las ciudades. Algunos gobiernos locales emprendieron, como parte de su preparación, algunas actividades que redujeron sus condiciones de vulnerabilidad como la construcción de aceras esponja, que eviten la acumulación de agua en las calles, ascensores adaptados para ser utilizados como salida de emergencia durante terremotos, generación de energía por medios alternativos y disponibles durante una emergencia, entre otras acciones que persigan la resiliencia (TK Elevator blog, s/f).
Gallego Lizon (2018) propone desarrollar acciones resiliencia mediante el avance en tres áreas: 1) un diagnóstico participativo de identificación de las vulnerabilidades, 2) el enfoque multisectorial en el diseño de infraestructura sostenible, verde y con bajo nivel de emisiones, y 3) acceso a financiamiento que garanticen la inversión mediante transferencias intergubernamentales y el acceso a recursos de organismos multilaterales.
¿Cómo se mide o evalúa la resiliencia?
A partir de la conceptualización de la resiliencia urbana, varias entidades y organizaciones realizaron aproximaciones para identificar dimensiones, índices e indicadores de medición, tanto para abordar un diagnóstico del estado de situación como para emprender una planificación de acciones en áreas prioritarias. Algunas aproximaciones se basan exclusivamente en la gestión de riesgos de desastres mientras que otras presentan un análisis más abarcante.
En el ámbito de las Naciones Unidas se publicó el Marco de Sendai, que busca fortalecer las capacidades de resiliencia de los países para la gestión de riesgos de desastres. En este marco, los Estados se comprometen a una serie de metas para 2030 en 4 ámbitos: 1) comprender el riesgo de desastres, 2) fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres, 3) invertir en la reducción del riesgo de desastres y 4) Aumentar la preparación para casos de desastre a fin de dar una respuesta eficaz y para “reconstruir mejor” en los ámbitos de la recuperación, la rehabilitación y la reconstrucción (ONU, s/f).
La Fundación Rockefeller desarrolló y financió el Programa 100 Ciudades Resilientes entre 2013 y 2019 con el fin de fortalecer las capacidades de los gobiernos de las ciudades seleccionadas. El índice de ciudades resilientes contempla 4 dimensiones clave junto con 12 objetivos: 1) Salud y bienestar (vulnerabilidad humana mínima, diversos medios de vida y empleo, salvaguardias eficaces para la salud y la vida humanas), 2) economía y sociedad (Economía sostenible, seguridad integral y estado de derecho, identidad colectiva y apoyo mutuo), 3) infraestructura y medio ambiente (transporte y comunicación confiables, provisión efectiva de servicios críticos, exposición y fragilidad reducidas) y 4) liderazgo y estrategia (liderazgo y gerencia eficaz, grupos de interés empoderados, planificación del desarrollo integrada). (Alcaldía de Santiago de Cali, 2018).
El Banco Interamericano de Desarrollo (2015) ha diseñado, entre otros, el Índice de Gestión del Riesgo, que evalúa las capacidades de gestión de los Estados en cuatro componentes: 1) identificación del riesgo, 2) reducción del riesgo, 3) manejo de desastres y 4) gobernabilidad y protección financiera.
En el marco de la normalización internacional, se ha emitido una familia de normas sobre Ciudades y Comunidades Sostenibles, cuya conceptualización se basa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible conocidos como los ODS. La norma ISO 37123, Ciudades y comunidades sostenibles. Indicadores para ciudades resilientes representa la norma más específica sobre resiliencia para que las ciudades puedan prepararse, recuperarse y adaptarse frente a eventos extremos (Reyes, 2020).
ONU Habitat, la agencia de Naciones Unidas especializada en temas urbanos, ha desarrollado, en relación a la resiliencia, varias iniciativas. El City Resilience Profiling Programme ayuda a gobiernos locales a desarrollar competencias en resiliencia y planificación urbana. La City Resilience Profiling Tool que permite analizar la resiliencia de las ciudades. El Urban Resilience Hub permite compartir conocimientos y buenas prácticas relativas a la resiliencia urbana.
Referencias bibliográficas
Alcaldía de Santiago de Cali (2018). Cali Resiliente. https://resilientcitiesnetwork.org/downloadable_resources/Network/Cali-Resilience-Strategy-Spanish.pdf
Banco Interamericano de Desarrollo (2015). Indicadores de Riesgo de Desastre y de Gestión de Riesgos. https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Indicadores-de-riesgo-de-desastre-y-de-gesti%C3%B3n-de-riesgos-Programa-para-Am%C3%A9rica-Latina-y-el-Caribe-Argentina.pdf
Gallego Lizon, Tatiana (2018). Resiliencia urbana: cuando el pasado fortalece el futuro. Banco Interamericano de Desarrollo. https://blogs.iadb.org/ciudades-sostenibles/es/resiliencia_urbana_pasado_fortalece_futuro/
Hoyos Fernandez, Daniel (11 de enero de 2019). Resiliencia Urbana, clave en la nueva agenda Urbana para el Desarrollo Sostenible de las ciudades. https://blogs.upm.es/puma/2019/01/11/resiliencia-urbana-clave-en-la-nueva-agenda-urbana-para-el-desarrollo-sostenible-de-las-ciudades/
ONU Habitat México (2018). Ciudades Resilientes. https://onuhabitat.org.mx/index.php/ciudades-resilientes
ONU Habitat (s/f). Resiliencia Urbana. https://unhabitat.org/es/node/3774
Organización de Naciones Unidas (s/f). Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030. https://www.unisdr.org/files/43291_spanishsendaiframeworkfordisasterri.pdf
TK Elevator blog (s/f). Urban Resilience: How ready is your city for a crisis? https://blog.tkelevator.com/urban-resilience-how-ready-is-your-city-for-a-crisis/
Reyes, Felipe (26 de mayo de 2020). ISO 37100 Ciudades y comunidades sostenibles. http://telecomunicaciones-peru.blogspot.com/2020/05/iso-37100-ciudades-y-comunidades.html
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente una posición del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz
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